Un refrigerante actualmente empleado en la industria, cuyo uso contribuye al desgaste de la capa de ozono, por ello la importancia de su sustitución y eliminación a nivel mundial.
Sinaí Romo.
Los hidroclorofluorocarbonos (HCFC) son refrigerantes que están vigentes, sin embargo dañan la capa de ozono por su contenido de hidrógeno, el cual los hace químicamente menos estables una vez que suben a la atmósfera. Entre los HCFC está el R-22, un refrigerante perjudicial para la capa de ozono, que debe estar fuera del mercado mexicano en años próximos.
Para poder cumplir con la eliminación de los HCFC se establecen fechas para que su desaparición sea paulatina. La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales prevé eliminar el 10 por ciento en 2015; 30 para 2018 y su eliminación total para 2030, y después de este año sólo estará permitido el uso del 2.5 por ciento para uso crítico.
- Tiene presiones de saturación más altas para temperaturas equivalentes
- Calor latente de evaporación mucho mayor a otros refrigerantes
- Capacidad de refrigeración mayor que otros
- La temperatura de su vapor comprimido daña constantemente los compresores
- En caso de fuga los vapores son más pesados que el aire y se acumulan a nivel del suelo
Beneficios de su sustitución
- Instalaciones más seguras
- Mayor rendimiento
- Equipos eficientes
- Ahorro de energía
- Menores costes de mantenimiento
- Garantía del sistema
- Reducción de las emisiones de dióxido de carbono
- Conservación del medioambiente
Según Antonio Estévez, gerente de Ventas de la división de refacciones de Trane, y experto en el manejo del R-22, “a pesar de los reglamentos y calendarios establecidos por la autoridades ambientales, los HCFC aún circulan en el mercado de la refrigeración y el aire acondicionado, ya sea instalados o en mostrador.
“El cambio de este refrigerante llevará su tiempo, y mientras el precio de los refrigerantes sustitutos no disminuya, los instaladores seguirán comprando el R-22”.
Finalmente, Estévez dice que las empresas no están colaborando como se debe; a muchas no les interesan los efectos nocivos del producto, o incluso no conocen la importancia de su sustitución. “Se necesita mayor difusión”.
Manejo
Si el técnico aún trabaja con R-22 es importante contar con medidas de precaución para evitar fugas:
- Sellar los sistemas
- Recuperar el refrigerante
- Reciclar
- Sustituir (en el menor tiempo posible) el R-22 por un refrigerante que no dañe al medioambiente
- Los envases de R-22 deben almacenarse en lugares frescos, secos y ventilados y alejados de fuentes de calor
Además, se debe realizar un control periódico de las instalaciones para mantenerlas en buen estado y contar con un detector de fugas permanente.
Anual: a instalaciones de 3 kg de refrigerante
Semestral: a instalaciones de 30 kg de refrigerante
Mensual: a instalaciones con más de 300 kg de refrigerante
Los sustitutos
Para la sustitución del R-22 existen varias opciones de refrigerantes, por ejemplo el R-410A, un refrigerante de alta seguridad, clasificado por la American Society of Heating, Refrigerating and Air Conditioning Engineers (ASHRAE) como A1/A1, es decir, no tóxico y no inflamable (incluso en caso de fugas). Además, el reemplazo con R-410A es amigable con el medioambiente porque no afecta la capa de ozono.
Según los expertos, el uso de este refrigerante supone una conversión importante de la industria, ya que requiere modificaciones en los insumos de los equipos. Sin embargo, la eliminación paulatina hará que los nuevos equipos de aire acondicionado y refrigeración tengan un precio más elevado (entre un 6 o 7 por ciento).