Fallece el científico Mario Molina, figura clave para la eliminación de los CFC

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Fotografía superior. Mario Molina (1943-2020), Premio Nobel de Química en 1995

El doctor e investigador mexicano Mario Molina, ganador de un Premio Nobel de Química en 1995, murió a los 77 años de edad el 7 de octubre pasado. El científico fue el primero en prever y alertar que la emisión de clorofluorocarbonos (CFC) a la atmósfera provocaría un agujero en la capa de ozono, lo que causaría enfermedades y graves afectaciones en los ecosistemas del planeta.

Molina, en conjunto con el estadounidense Frank Sherwood (1927-2012), descubrió que los CFC, utilizados como refrigerantes en sistemas de refrigeración y aerosoles, principalmente, se descomponían en la estratosfera liberando una alta concentración de átomos de cloro. Lo anterior destruye la capa de ozono, lo que facilita la filtración de rayos ultravioleta a la Tierra. Su estudio, un clásico de la historia de la ciencia universal, fue publicado en la revista Nature en 1974.

Este descubrimiento fue clave para lograr un consenso internacional que derivaría en la adopción del Protocolo de Montreal de 1987, en el cual se prohibió el uso de gases CFC con el fin de estabilizar los niveles de la capa de ozono estratosférica, a la fecha todavía en proceso de recuperación. Los CFC, además, tienen un segundo efecto destructor. Una sola molécula de CFC-12, por ejemplo, puede contener 11 mil veces más calor que el dióxido de carbono (CO2), lo que lo convierte en un gas de efecto invernadero (GEI) extraordinariamente potente.

Mario Molina nació un 19 de marzo de 1943 en Ciudad de México. Estudió Ingeniería Química en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), realizó una maestría en la Universidad de Friburgo, en Alemania, y se doctoró en Fisicoquímica en la Universidad de California, en Berkeley, Estados Unidos. Fue miembro destacado de la Pontificia Academia de Ciencias del Vaticano y recibió más de 30 doctorados honoris causa. Llegó a la cima de su trayectoria cuando se convirtió en uno de los tres mexicanos en obtener un Premio Nobel, junto con Alfonso García Robles (Nobel de la Paz en 1982) y el escritor Octavio Paz (Nobel de Literatura en 1990). En 2005 fundó el Centro Mario Molina, ubicado en Ciudad de México.

Molina dedicó su vida a generar conciencia acerca de los grandes retos ambientales que enfrenta la humanidad. Asimismo, recorrió el mundo haciendo pedagogía sobre la necesidad de reducir de forma sustancial la emisión de GEI y evitar un catastrófico aumento de dos grados en la temperatura del planeta.

Redacción