Hay manera de descubrir la fuente profunda de energía, creatividad y pasión que existe dentro de cada persona cuando se aprende a amar lo que se hace
Ana Eng
Existen diversos métodos para capacitar a las personas que se encuentran en mostrador o atención al cliente, que auxilian a las empresas a lograr que cada uno de los miembros activos amen lo que hacen y valoren lo que reciben.
Uno de ellos es la filosofía Fish, que nace en el Pike Place Market, en Seattle, Washington, lugar dedicado a la comercialización de pescado. El establecimiento tiene la peculiaridad de mantener un estándar de calidad en productos y atención al cliente. La gente que visita la pescadería sabe que la actitud de los vendedores todos los días se basa en el buen humor y la amabilidad con los clientes y con las personas que transitan por ahí. La mayoría de la gente puede pensar que es uno de los trabajos más desagradables por el horario laboral de más de 10 horas, el olor constante a pescado y a mariscos crudos, la extenuante labor física, entre otros aspectos; sin embargo, para los empleados, es “el mejor trabajo del mundo”.
Toda empresa que capacita a través de la filosofía Fish crea empleados dispuestos a todo (Gung Ho), pone en marcha la fuerza de trabajo y crea admiradores entusiastas (raving fans) con el objetivo de amar el trabajo que desempeñan y todos los días ir en busca de alcanzar el máximo de felicidad, propósitos y satisfacción.
Este aspecto resulta importante, sobre todo si se considera que una buena parte de la población dedica 75 por ciento de su vida adulta a actividades relacionadas con el trabajo: prepararse para ir, dirigirse al trabajo, trabajar, pensar en el trabajo y relajarse después del trabajo. Si se le dedica tanto tiempo, se debería poder disfrutar de él y sentirse lleno de energía. No obstante, hay demasiada gente que dedica todo este tiempo al trabajo a cambio de satisfacer sus necesidades en otra parte.
La guía radica en cuatro puntos fundamentales, de los cuales ya se han escrito varios libros y expuesto seminarios alrededor del mundo, cuya finalidad es concientizar a las personas sobre el amor por lo que hacen o, si creen que no poseen el trabajo idóneo, enseñarles a cambiar su actitud frente a las circunstancias.
Hoy en día, se tiende a creer que nadie debe conformarse con lo que hace, salvo aquello que realmente le gusta. Escribir poesía, recorrer el mundo en un barco de vela, pintar: hacer lo que verdaderamente te gusta y el dinero vendrá solo. Se dice que la vida es demasiado breve para malgastarla en un trabajo que no es ideal, y se continúa en la búsqueda del trabajo perfecto. El hecho es que en el mundo real hay condiciones que impiden alcanzar ese trabajo ideal. La filosofía Fish invita a descubrir la fuente de profunda energía, creatividad y pasión que existe dentro de cada persona cuando se aprende a amar lo que se hace, incluso si en ese momento no se está haciendo lo que se ama.
Los cuatro pasos
Elige tu actitud
Las personas a cargo del mostrador todos los días, expuestas a que los clientes les formulen las mismas preguntas cada vez, pueden volverse apáticas con los demás; sin embargo, quien desempeñe esa labor debe pensar que es de suma importancia dentro de la cadena del negocio, pues es la primera impresión que se lleva el consumidor y tendrá gran influencia sobre su decisión de compra.
- Hay algunos pasos que pueden ayudar a conseguir una actitud amable de servicio:
- Convocar a una reunión con las personas relacionadas en el trabajo que se desempeña y decir lo que se piensa
- Buscar un mensaje que transmita la noción de elegir una actitud para que todos puedan entenderlo y personalizarlo
- En caso de contar con algún mando relacionado con delegar responsabilidades, es importante motivarlo y que también se aplique la imagen deseada
Alegrarles el día
La clave en este concepto es entrar en contacto con las personas que se acerquen a solicitar información, o bien, que ya tienen la certeza de lo que van a comprar, pues esto genera la posibilidad de una compra futura y una buena impresión de la marca en general.
A los clientes les gusta ser parte de la diversión o ser tratados con amabilidad, y los recuerdos creados en una sucursal causarán sonrisas y darán pie a buenas historias después. Implicar a otros y trabajar para que la pasen bien dirige la atención hacia el cliente. Es una gran psicología. Centrar la atención en que los demás estén bien crea un flujo constante de sentimientos positivos.
Jugar
Los adultos tienen la creencia de que los juegos son sinónimo de irresponsabilidad y poca madurez; no obstante, la filosofía Fish estimula a encontrar formas didácticas de involucrarse en el trabajo para conseguir el objetivo inicial, con la opción de decidir entre varios caminos para llegar a la meta, siempre con responsabilidad y gratitud por delante.
Se puede pensar que el trabajo propio no se presta para jugar o para lanzar artículos, como lo hacen en la pescadería; pero eso no significa que la diversión no se pueda aplicar e involucrar a las personas que se encuentran alrededor.
Estar presente
Los tres primeros puntos se prestan para mantener el contacto con todo y a la vez con nada en concreto; por tanto, es preciso tener en mente la interacción con el cliente, atender a sus necesidades y darle más opciones cuando sea necesario.
La importancia de este paso radica en hacer sentir al cliente único, aun cuando 10 más ya hayan solicitado el mismo servicio o producto.
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