Las personas con esta característica son muy útiles al momento de afrontar situaciones o problemas, pues saben manejar las crisis y tratan de sacar lo mejor de éstas. Esta capacidad para superar los obstáculos, además de valiosa, beneficia a la empresa con su energía positiva
Rubén Onorio
Nuestras percepciones y pensamientos influyen en el modo como afrontamos el estrés y la adversidad, creando una serie de conductas que nos brindan la capacidad de “rehacernos”.
Pensamientos negativos o positivos: ¿cómo y por qué los elegimos? Los primeros generan una enorme cantidad de malestar y su manifestación común es la ansiedad; los segundos, en cambio, provocan seguridad y tranquilidad a nivel emocional. Dentro de este manejo de pensamientos, se encuentran generalmente las personas resilientes.
La resiliencia es la capacidad de superar los obstáculos derivados de la adversidad con una fortaleza que lleva a conseguir un estado de excelencia profesional, pero también personal, ante circunstancias de alto y prolongado estrés.
El pensamiento de la gente resiliente se distingue del resto según las siguientes características principales:
- Aceptar la realidad tal y como es
- Analizar y encontrarle un sentido a todo lo que les sucede en la vida, ya sea agradable o no
- Aprender, a través de la experiencia, desarrollando su capacidad para mejorar
Además de lo anterior, este tipo de personas tienen una habilidad especial para identificar las causas de un problema con el fin de evitar su posterior concurrencia. Asimismo, desarrollan una inteligencia emocional que les permite ser empáticos con los demás; manejan sus emociones para mantener su eficiencia durante situaciones de crisis, lo cual evita que actúen por impulso en momentos de alta presión; buscan oportunidades y sortean retos para lograr mayor éxito y satisfacción personal.
Todas las características anteriores, conectadas con el lado más humano y primitivo del individuo, se engloban en el término “sobrevivir”, formando así parte de nuestro inconsciente colectivo. Por lo tanto, el manejo de una crisis empresarial está fuertemente vinculado a la capacidad de resiliencia colectiva (o la ausencia de ella).
Las empresas con alto nivel de resiliencia tienen dos rasgos comunes:
- Manejan las crisis como oportunidades
- Saben que el recurso más valioso es el talento humano que las conforma
Partiendo de estos puntos, es importante capacitar a nuestros colaboradores en los siguientes temas:
Inteligencia emocional: autoestima y autocontrol para manejo del estrés y la frustración, así como para enfatizar con los colaboradores
Comunicación asertiva: lenguaje verbal y corporal alineado al objetivo
Negociación y solución de conflictos: aprender a distinguir entre un problema y conflicto
Toma de decisiones: análisis de riesgos y el impacto del tiempo
Desarrollar a nuestro personal en los temas anteriores, facilitará un cambio hacia una actitud mental positiva, reforzando los siguientes aspectos:
1.- Saber que no todo depende de nosotros
Estar conscientes de que a pesar de la energía o esfuerzo que pongamos, ya sea como individuo, o como organización, hay variables externas que pueden impactar no sólo el desempeño personal, sino también el desarrollo laboral. Saber esto, nos permitirá afrontar la situación con un sentido de aceptación responsable
2.- Generar una ecología laboral saludable
Enfocar el pensamiento de las personas de forma que tengan una actitud positiva, así como prevenir y/o evitar a aquellos compañeros de trabajo tóxicos. Esto permite crear una red de apoyo que te puede ayudar en momentos difíciles y cuando se requiere de una toma de decisiones asertiva
3.- Reuniones de lluvia de ideas
- Una persona con alta capacidad de resiliencia no se limita ante un obstáculo, pues, muy por el contrario, intentará transformar su frustración en algo útil. Como lo dijo Einstein: “En los momentos de crisis sólo la imaginación es más importante que el conocimiento”
- Generar momentos de escucha, participación y retroalimentación para que cada colaborador se perciba a sí mismo como parte de un todo, reconociendo también su individualidad desde su rol de responsabilidad y participación. De igual forma, reconocer cuáles son los recursos de cada quién creará confianza en las decisiones de la organización, lo que a su vez le permitirá al equipo centrarse y disfrutar de los retos por venir
Debido a lo anterior es de alta prioridad fomentar la capacidad para ser resilientes, pues esta habilidad ayuda a superar los desafíos con mayor naturalidad y confianza, adaptándonos mejor a los cambios o situaciones negativas en el puesto de trabajo y obteniendo siempre el mejor aprendizaje de dichas experiencias.
Las personas resilientes favorecen a la empresa no sólo en la superación del día a día, sino para alcanzar un buen clima laboral, tanto con clientes internos como externos, reflejándose dicha cualidad en una mayor productividad.
Rubén Onorio. Licenciado en Ciencias Políticas y director general de ONESSO Capacitación y Desarrollo Empresarial. Especialista en capacitación empresarial y desarrollo humano, inició en la Organización de Negocios Internacionales en 2006, en la que reafirmó la trascendencia que la capacitación tiene para las personas y empresas, tanto a nivel privado como masivo.