Mantenimiento preventivo de fluxes

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A medida que pasan los años es necesario realizar limpiezas preventivas en los chillers intercambiadores de calor para asegurarse de que los fluxes no tengan ensuciamientos de ningún tipo y, por lo tanto, que mantengan un óptimo desempeño. Gracias a estos cuidados existirá un ahorro de energía y de dinero

Sofía Ruiz

Hoy en día se fabrican chillers intercambiadores de calor que tienen ensuciamiento desde su producción, por lo que es muy importante que al momento de su instalación realices una limpieza de los fluxes. Esto porque desde que se termina su construcción contienen corrosión y acumulan polvo, suciedad, entre otros contaminantes que afectan su rendimiento.

Gabriela Hernández, directora de Soluciones Innovadoras de Mantenimiento Goodway México, afirma que al instalar un chiller intercambiador de calor debes remover el ensuciamiento y realizar una limpieza previa con circulación de agua o químico; esto con el fin de eliminar la corrosión que el equipo trae desde su producción. El procedimiento hay que realizarlo siempre de manera preventiva al menos una vez al año, para garantizar su óptimo funcionamiento y evitar daños por ensuciamiento.

La representante de Goodway México señala que el chiller trabaja en conjunto con la torre de enfriamiento o evaporador. Este sistema se encarga de llevar agua al equipo, de tal suerte que, si no eliminas la suciedad, la torre trasladará las impurezas al intercambiador de calor causando incrustaciones de sólidos suspendidos y minerales propios del líquido.

Cuando el ensuciamiento llega a estar sobre un octavo o un dieciseisavo en los fluxes la eficiencia del equipo disminuye hasta 40 por ciento, lo que provoca un desperdicio de energía que se traduce a su vez en pérdida de dinero.

La experta asegura que las estaciones que más influyen en el mantenimiento son la primavera y el verano, ya que durante estas temporadas el calor permite la proliferación de hongos, virus o bacterias, microorganismos capaces de mantenerse apagados, así que cuando llega el momento de poner a funcionar los equipos, la contaminación microbiológica sale por el aire acondicionado si no se ha limpiado antes. Esto ocasiona una mala calidad del aire, es decir, que el edificio enferme al igual que sus ocupantes, quienes podrían sufrir graves afectaciones a su salud como alergias, dolores de cabeza, cansancio, etcétera.

Errores en la limpieza
Si sólo utilizas la limpieza química con una sustancia de base ácida, provocarás el adelgazamiento de los fluxes y que las estrías que los conforman se pierdan. Muchos clientes prefieren una limpieza correctiva, la cual se lleva a cabo cuando su equipo ya está detenido. Esto origina daño en el intercambiador de calor y ocurre debido a que nunca se realizó una limpieza previa del equipo. Otra mala práctica es limpiar el equipo con varillas, ya que al golpear la incrustación para removerla también puedes llevarte accidentalmente las estrías de los fluxes, detalla Hernández.

La limpieza mecánica, como el cepillado, no remueve la incrustación; esto desemboca en un limpiado deficiente que afecta la productividad del sistema.

Recomendaciones
Para conseguir una limpieza óptima de los chillers se recomienda efectuar la Prueba de Corrientes Eddy, la cual se basa en los principios de la inducción electromagnética y se utiliza para identificar distintos tipos de condiciones físicas, estructurales y metalúrgicas. Este análisis te mostrará qué tan eficientes son los fluxes, qué tan adelgazados están y su funcionalidad, por lo que sabrás si deben remplazarse.

Gabriela Hernández de Goodway México agrega que otra prueba muy eficiente es la inspección de fluxes con videoscopio. En este sondeo se inspeccionan entre 100 y 150 fluxes, los cuales determinan su grado de suciedad y qué puedes hacer para limpiar el chiller de una manera adecuada.

La conclusión de estas pruebas te ayudará a determinar qué proceso de limpieza es el más indicado. Luego, hay que combinar una limpieza química con anticorrosivos para la protección del metal, y después efectuar un cepillado mecánico para retirar los desperdicios. Si no se ejecuta correctamente esta limpieza la corrosión puede continuar en los fluxes y degastar sus estrías.

Se aconseja que la torre de enfriamiento sea independiente del intercambiador de calor, pues así podrás mantener una mejor higiene del equipo. En caso contrario, coloca los filtros o trampas en la torre para que el agua dirigida al equipo no ensucie los fluxes.

Gabriela Hernández propone que se realice la limpieza preventiva al menos una vez al año y siempre desinfectar los minisplits antes de utilizarlos, pues al ponerlos a funcionar, luego de una larga temporada sin actividad, puede ocurrir una fricción causada por los contaminantes sólidos que dañarán los equipos.

Hay que tener en cuenta que existen diferentes productos en el mercado que te ayudarán a realizar esta tarea, como aerosoles que desinfectan el sistema, dejan un buen olor y tienen un alcance de alto espectro. La limpieza en los chillers es muy importante, ya que mantienen los equipos de aire acondicionado en óptimo rendimiento.

Así, efectuando estas limpiezas preventivas mantendrás los fluxes en buen estado, lo que creará un buen intercambio de calor. Por último, cuando realices aseos periódicos, hay que tener al alcance distintas pruebas y materiales que te auxilien a ejecutar limpiezas adecuadas en los equipos.

El mantenimiento se realiza cuando:

  • Un producto químico se ha puesto en la torre de enfriamiento y causa una reacción no deseada
  • Existen sólidos en suspensión
  • Se tiene una variación en la temperatura o presión de un 10 %

Consecuencias de las malas prácticas de limpieza

  • Pérdidas del 40 % en la eficiencia de los equipos de aire acondicionado
  • Contribución al calentamiento global
  • Un edificio enfermo que causa contaminación microbiológica