Detección de fugas

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Son diversos los métodos que existen para cuidar y detener las fugas de refrigerante. Cualquiera que se aplique, ayudará a mejorar el rendimiento de los equipos y enriquecerá las buenas prácticas del técnico

Gildardo Yáñez

Existen varios métodos para localizar fugas en un sistema de refrigeración; la gran mayoría es simple. Unos son muy económicos y otros se basan en detectores de tecnología avanzada, lo cual es muy recomendable para realizar buenas prácticas.

Detector electrónico
Si el sistema está presurizado es necesario limpiar todas las áreas donde se sospecha que se encuentra la fuga. Es necesario quitar pintura, lijar el tubo, restos de soldadura, aceite, grasa o agua. Estas últimas tres sustancias pueden contaminar la nariz del detector electrónico, ocasionando que éste se descomponga o envíe falsas alarmas o lecturas de detección de gas.

El vapor se puede desplazar por debajo de una capa de pintura, o del aislante de la tubería, saliendo por otra parte, lejos de donde se encuentra originalmente la fuga.

Una fuga de gas refrigerante es más fácil de detectar si se deja que ésta se acumule; corrientes de aire pequeñas pueden disipar la fuga. En muchas ocasiones es muy recomendable que se envuelva el sistema refrigerante con película plástica auto adherente para acumular el gas, ya que de lo contrario será muy difícil localizar la fuga.

El nitrógeno
Cuando se tenga un bajo nivel de gas por una fuga recurrente, es posible mezclar el nitrógeno gaseoso con el refrigerante. Se detiene el equipo y se eleva la presión del sistema con el nitrógeno, debiendo llevar al sistema a al menos 60 psi, de ambos lados, y a no más de 120. Para cargar el nitrógeno al sistema de refrigeración se utiliza un regulador de nitrógeno, ya que de manera directa ocasionará daños materiales y hasta puede ser mortal.

En esta condición se comienza a buscar la fuga de acuerdo con el procedimiento anterior. Cuando se hayan eliminado las fugas de gas, entonces se debe presurizar nuevamente el sistema con nitrógeno y esperar 24 horas antes de proceder a hacer el vacío al sistema para determinar si se eliminó la fuga.

Luego, el gas refrigerante mezclado con nitrógeno, deberá de ser venteado del sistema. Dicho gas no se debe recuperar con la recuperadora. Está permitido liberar el gas refrigerante revuelto con el nitrógeno. Este procedimiento es válido cuando el gas sea R-22. Después se ejecuta el proceso de vacío del sistema, llevando al equipo a los siguientes niveles: 500 micrones, si se trabaja con aceite mineral o aceite alquibenceno, 250 micrones, si se trabaja con aceite polioléster.

Cuando se llegue al vacío respectivo se debe esperar, con el sistema cerrado, a que el manómetro de vacío mantenga la lectura, al menos 15 minutos. Si el vacío se empieza a perder, se tiene fuga en el sistema o humedad en el mismo se tendrá que continuar haciendo vacío o volver a presurizar el sistema hasta que funcione adecuadamente. Los detectores mencionados son muy efectivos para localizar pequeñas fugas de gas, pero pueden ser poco efectivos en la localización de fugas en sistemas largos.

Prueba de jabón o burbuja
Este método es muy económico para localizar grandes fugas de gas. Sólo se necesita colocar un poco de agua jabonosa donde exista sospecha de fuga. Si se forman burbujas de jabón se estará indicando que existe alguna fuga.

Flama con gas propano
Con este método la flama cambiará de color cuando detecte la presencia de gas refrigerante. Al igual que con el detector electrónico, la presencia de aceite, grasa o agua en el sistema puede ocasionar el cambio de color de la flama y enviar falsas alarmas o lecturas de detección de gas.

Trazador fluorescente
Este método se basa en la utilización de un medio contrastante o trazador el cual se inyecta en el sistema y mediante una lámpara de luz azul o negra se apunta a la mirilla del cárter para determinar si se tiene suficiente trazador. Cuando la mirilla cambia de tonalidad a un color fluorescente, entonces se comienza a hacer el recorrido por todo el sistema hasta localizar la fuga. Generalmente se deben esperar cuatro horas para darle tiempo al trazador de que penetre en la o las fugas y se puedan localizar con éxito.

Actualmente existen gases refrigerantes que ya vienen precargados con el trazador, así que solamente se tendría que cargar el sistema con éstos y más tarde revisar el sistema.

Tales versiones están liberadas y aprobadas para usarse en sistemas de aire acondicionado automotriz y sistemas de refrigeración o media temperatura que utilizan R-134a.

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Las fugas en el ramo automotriz
El aire acondicionado automotriz es uno de los grandes consumidores de Sustancias Agotadoras de la Capa de Ozono (SAO). En México, gran parte de este consumo se produce como consecuencia de la práctica muy común de emplear el R-12 a fin de completar la carga de un sistema originalmente diseñado para operar con R-134a; en algunos casos se llega a extraer totalmente el refrigerante original R-134a para sustituirlo por el R-12, lo que es más grave aún, sin considerar siquiera los cambios necesarios en el sistema, tales como la sustitución del lubricante o la compatibilidad de los componentes del sistema.

Una de las fallas frecuentes es la fuga del gas, generalmente paulatina, ya sea a través de porosidades en las mangueras provocadas por la exposición prolongada a altas temperaturas, conexiones roscadas que se desajustan por efecto de las vibraciones, válvulas de servicio sin sus tapones u O-rings cuarteados por la temperatura, por lo que las válvulas schrade (pivotes) se dañan por efecto de los contaminantes sólidos en el compartimiento del motor, sello mecánico deteriorado; evaporador descompuesto por causas internas y externas, y otros.

Para la identificación de fugas de refrigerante en automóviles, no difieren los métodos que se utilizan para encontrar fugas en los sistemas de aire acondicionado estático, pero los instrumentos preferidos y los recomendados son el detector electrónico de fugas y los trazadores fluorescentes; de hecho, existen latas de R-134a con trazador incluido, el cual se carga en el sistema y con la lámpara fluorescente se busca la traza para ubicar la fuga.

Por lo complejo de la ubicación de algunos componentes del sistema de aire acondicionado automotriz, en particular del evaporador, es muy probable que existan sitios en los que no se pueda utilizar el método del trazador fluorescente; entonces se puede emplear el detector electrónico, que indica la presencia de átomos de cloro o flúor en el aire que rodea el componente, pero no el sitio exacto de la fuga. Los recursos de las burbujas de jabón o la lámpara de halógeno no son viables de utilizar en lugares de difícil acceso.

Equipo de servicio

  • Bomba de vacío para sistemas de refrigeración capaz de aspirar 250 micras
  • Máquina recuperadora de gas
  • Dos cilindros recuperadores de gas
  • Herramientas de taller mecánico
  • Juego de manómetros para uso automotriz para HFC. Si no se tienen manómetros HFC, se debe contar con los adaptadores HFC que se le colocan a los manómetros CFC y HCFC
  • Juego de manómetros para uso automotriz para CFC y HCFC
  • Termómetro electrónico
  • Manómetro de vacío electrónico
  • Refractómetro
  • Detector electrónico de fugas (olfateador)
  • Válvulas perforadoras o de aguja
  • Una báscula electrónica para pesar el cilindro de recuperación
  • Un depósito para el lubricante que se va a retirar del sistema
  • Un dispositivo de control de flujo, ya sea capilar o de válvula de expansión (cuando se aplique el cambio)
  • Multímetro digital
  • Filtro deshidratador para la línea de líquido
  • Latas de lubricante
  • Tablas de presión-temperatura del gas con el que se va a trabajar

Gildardo Yáñez
Ingeniero Industrial Electricista con el grado de Maestría en Administración. Tiene 30 años de experiencia en el servicio a equipos de refrigeración y de baja temperatura. Especialista en el diagnóstico de compresores de refrigeración. Autor de libros, manuales y artículos para publicaciones especializadas, y conferencista distinguido por ASHRAE.