¿Cómo es posible que habitantes de zonas áridas tengan acceso a vegetales, frutos y pescados frescos? La respuesta es el transporte refrigerado, el cual permite obtener alimentos nutritivos, de excelente calidad e higiene, a buen precio y que evita la pérdida de producto
Por Rodrigo Castro
Un tema de relevancia en el sector alimentario, específicamente para las frutas y verduras, es que requieren de un tratamiento y transporte específico. Aunque puede tener un alto costo, los detallistas saben que es una necesidad imperante atender, pues en ella se encuentra un nicho de mercado que no se puede dejar de lado.
La principal razón por la que frutas, verduras, pescados, aves y carnes rojas deben llegar íntegros al punto de venta no es meramente por estética (aunque los productos magullados, golpeados e “imperfectos” suelen ser discriminados), sino porque al perder los alimentos, su frescura también se pierde, junto con sus propiedades nutritivas. Entre menos frescos, menos nutritivos, y en algunos casos, como en las carnes, el mal estado puede llevar a serios casos de intoxicación.
Cada vez, el área de salud y nutrición cuenta con profesionales que recomiendan consumir la mayor cantidad de alimentos frescos posibles. Según el estudio “Sistemas Locales Alimenticios: Conceptos, impactos y cuestiones”, publicado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) “los alimentos frescos ayudan a la creación de neurotransmisores que conllevan beneficios antioxidantes y ayudan a la memoria, aumentando la producción de energía en las neuronas. Además, entre menos conservadores tengan los alimentos, las posibilidades de generar algún padecimiento crónico en el sistema digestivo o cardiovascular disminuyen”.
Por otra parte, el Grupo Técnico de Pérdidas y Merma de Alimentos, de la Cruzada Nacional Contra el Hambre, informa que México desperdicia 37 % del total de los alimentos producidos anualmente, lo que equivale a 10 mil toneladas. Ante estas cifras, el transporte refrigerado cobra una gran importancia, no sólo al garantizar que una gran variedad de opciones alimenticias pueda consumirse en cualquier ciudad y en cualquier estación, sino también porque se evita, en lo más posible, su desperdicio.
Su importancia en la cadena de frío
La piedra angular de la cadena de frío es el transporte refrigerado, éste hace posible que grandes cantidades de alimentos perecederos se transporten y distribuyan de un lugar a otro, conservando un estado óptimo. El principal reto para los comerciantes y detallistas es prolongar el tiempo de conservación de alimentos perecederos en el proceso, con el fin de satisfacer la demanda de los consumidores para generar un incremento en las ventas y una clientela cautiva.
Sin las unidades de transporte refrigerado, la venta de los productos se restringiría a su lugar de cultivo o producción, o su costo se elevaría considerablemente debido a los complejos procesos para trasladarlos. Por esta razón, es importante poner mucha atención en los proveedores y en los recursos tecnológicos utilizados durante la cadena de frío.
Hoy en día hay una variedad de proveedores con una completa gama de productos y soluciones para la industria del transporte a temperatura controlada. Algunos de ellos responden realmente a las necesidades de la industria, con su tecnología e innovación en el control y monitoreo de temperaturas.
Un primer paso para estar a la vanguardia en esta materia es, indudablemente, la asesoría de los expertos. No basta con contratar a cualquier proveedor; es necesario tener la plena seguridad de que nuestros productos son transportados con la mejor y más alta tecnología, lo cual nos dará la certeza de que llegarán a nuestros clientes conservando la composición, calidad, sabor y valor nutricional desde el principio.
Se debe considerar también que distintos tipos de productos requieren también temperaturas distintas, incluso sucede entre frutas y verduras; y, si serán movilizados en un transporte refrigerado, necesitarán equipos especiales adecuados a cada producto.
Incluso, ya hay aplicaciones en telemática que buscan facilitar la vida a los transportistas y productores con monitores y herramientas para actualizaciones en tiempo real que no sólo procuren la integridad de los alimentos, sino también procuren un consumo responsable de combustible, lo cual dejaría una huella positiva en el medioambiente.
Rodrigo Castro es ingeniero Mecánico en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Cuenta con un MBA Internacional a través de un programa académico conjunto con la Universidad Anáhuac en la Ciudad de México y la Escuela de Posgrados en Administración Peter Drucker and Masatoshi Ito, de la Universidad de Claremont, California. Es director de Desarrollo de distribuidores Thermo King Latinoamérica HVACR y Transporte Latinoamérica. Cuenta con más de 10 años de experiencia trabajando en diferentes industrias, incluyendo siete años colaborando con Thermo King™ en Latinoamérica y Estados Unidos.