Los gases refrigerantes se clasifican de acuerdo con dos niveles importantes: su potencial de agotamiento de la capa de ozono y su potencial de calentamiento global; estos niveles indican cuáles refrigerantes son los más contaminantes. Como profesional de servicio debes tenerlos muy claros para saber cuál es el más adecuado en tus labores de servicio
Redacción
Como resultado de los acuerdos internacionales para proteger al ambiente y la capa de ozono, los gases refrigerantes que se utilizan en todos los equipos de climatización y refrigeración están regulados y tienen que cumplir con niveles rigurosos en relación con su impacto sobre el planeta.
Dichos niveles son su potencial de agotamiento de la capa de ozono, que establece el grado de destrucción del ozono que una sustancia puede provocar a lo largo del tiempo, y el segundo es el potencial de calentamiento global. Este nivel se refiere a la contribución que un gas refrigerante tiene sobre el efecto invernadero, al cual se le atribuye el calentamiento global del planeta.
El potencial de calentamiento global de un gas, también conocido como PCG, depende de la eficiencia de la molécula de dicho gas para atrapar la radiación durante su ciclo de vida atmosférico, lo que lo convierte en un gas de efecto invernadero. Esta eficiencia se mide en relación con la misma masa de CO2 y se evalúa durante un determinado periodo de tiempo.
Entonces, si un gas tiene un elevado forzamiento radiativo pero también un ciclo de vida corto, tendrá un PCG elevado en un periodo de 20 años, pero bajo en un periodo de 100 años, debido a su degradación en la atmósfera gracias a las reacciones químicas. En contraste, si una molécula tiene un ciclo de vida atmosférico más largo que el CO2, su PCG aumentará según el periodo de tiempo considerado.
Las sustancias agotadoras de la capa de ozono, también llamadas SAO, son sustancias químicas, como los halógenos y los gases fluorados, que contribuyen a la destrucción catalítica de la estratósfera de la Tierra, también conocida como capa de ozono. La principal fuente de estas sustancias es la liberación de gases refrigerantes halogenados fabricados por el hombre, como los CFC, los freones y los halones.
El potencial de agotamiento de la capa de ozono de estos compuestos químicos, también llamado PAO, es el nivel de degradación que puede causar sobre la capa de ozono en un determinado periodo de tiempo. La capa de ozono evita que los rayos ultravioleta tipo B (UVB) pasen a través de la atmósfera de la Tierra. La exposición a este tipo de rayos provoca cáncer en la piel, cataratas, daño sobre las plantas y reducción de la población de plancton en la zona fótica de los océanos.
La disminución de la capa de ozono observada y proyectada ha generado preocupación mundial, lo que ha desembocado en la adopción del Protocolo de Montreal, que prohíbe la producción de clorofluorocarburos (CFC), halones y otros químicos que agotan la capa de ozono.
Es responsabilidad de todo profesional de mantenimiento y servicio tener claras las características de los gases más utilizados en la industria de la refrigeración y la climatización, con el fin de que sepan cuáles son los más adecuados para cada sistema y cuáles causan un menor impacto sobre la salud del planeta. Este conocimiento, además de convertirte en un profesional responsable, ofrece un rasgo diferencial competitivo que te permite acceder a mejores ofertas de trabajo en el desempeño de tus funciones.
Con información de GIZ Proklima